La Compra es el último día de los previos a los Sanjuanes. Se conoce
que hace años alguien dijo “nos vamos de merienda, yo pongo la tortilla
¿vamos a ser muchos?” “unos 15.000” “pues entonces hago dos, que mejor
que sobre que no que falte”, y desde entonces lo venimos celebrando como
si fuera una comunión gitana.
Tiene su propia banda sonora que es una canción
que a lo mejor te suena porque lo mismo te vale de himno oficioso de
Soria que de entradilla para los reportajes de la ruta Quetzal . Es importante que si quieres aumentar tus posibilidades de
dar palmadas sin las manos te la aprendas, porque eso para los
sorianos/as es un detallazo y suma puntos. Baile también tiene, pero no
te preocupes porque es más fácil que una coreografía de los cantajuegos y
básicamente es agarrarte de los hombros a tus compañeros y dar cuatro
pasitos para delante y cuatro pasitos para atrás.
Se hace dos semanas antes de las fiestas por si hace malo y hay que
cambiar el día, pero para que esto suceda tiene que caer una que hasta
Noé diga “anda llevate un paraguas”, y aún así algunos lo celebran dos
veces. Además, al contrario que los dos días anteriores, se hace en
domingo para que no se dispare la tasa de divorcios en la ciudad.
Por la mañana los toros se llevan con caballos como si fuera ‘Bonanza’,
de la pradera donde están sueltos a unos corrales que están unos metros
más arriba. De esta tarea se encargan unos señores que para entrar en su
grupo tienes que tener unas patillas de las que hasta Curro Jiménez te
pide que te afeites. Si no consiguen subirlos, llaman a un camión y el
encierro se hace de manera menos artesanal porque, aunque alguno podría
llevarlos en brazos, no es cuestión de estar toda la mañana carrera para
arriba, carrera para abajo y perder tiempo de estar en los
chiringuitos.
A este encierro de la mañana se le llama ‘La Comprilla’, y si en casa
dices “me voy a La Compra” no te dejan porque te lías, pero si dices
que te vas a ‘La Comprilla’ parece menos y te dejan ir. Cuidado que este
truco soriano sólo funciona en este caso. Si dices en casa “me voy de
putillas” tendrás un problema igual.
A las seis de la tarde, el toro se suelta para que vuelva al campo y,
para igualar las fuerzas, la gente va mamada porque, aunque esto no es
como una corrida de toros y aquí nadie lleva espadas, a embestidas el
soriano en condiciones normales podría acabar con el toro en un combate
cuerpo a cuerpo y a nosotros nos gusta ser justos.
Luego la gente de las cuadrillas se van a merendar todos juntos con
platos y cubiertos de plastico pero con la mantelería buena de la
abuela. También se combina la tortilla de patata y el embutido con
delicatessen de nueva cocina, que creando una experiencia gastronómica
que ríete tú del restaurante del novio de la Pedroche.
Consejo: si lo quieres petar ya del todo hazle un tunning rural a tu vehículo poniéndole flores en el parabrisas.
domingo, 19 de junio de 2016
jueves, 9 de junio de 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)