domingo, 19 de junio de 2016

LA COMPRA

La Compra es el último día de los previos a los Sanjuanes. Se conoce que hace años alguien dijo “nos vamos de merienda, yo pongo la tortilla ¿vamos a ser muchos?” “unos 15.000” “pues entonces hago dos, que mejor que sobre que no que falte”, y desde entonces lo venimos celebrando como si fuera una comunión gitana.
Tiene su propia banda sonora que es una canción  que a lo mejor te suena porque lo mismo te vale de himno oficioso de Soria que de entradilla para los reportajes de la ruta Quetzal . Es importante que si quieres aumentar tus posibilidades de dar palmadas sin las manos te la aprendas, porque eso para los sorianos/as es un detallazo y suma puntos. Baile también tiene, pero no te preocupes porque es más fácil que una coreografía de los cantajuegos y básicamente es agarrarte de los hombros a tus compañeros y dar cuatro pasitos para delante y cuatro pasitos para atrás.
Se hace dos semanas antes de las fiestas por si hace malo y hay que cambiar el día, pero para que esto suceda tiene que caer una que hasta Noé diga “anda llevate un paraguas”, y aún así algunos lo celebran dos veces. Además, al contrario que los dos días anteriores, se hace en domingo para que no se dispare la tasa de divorcios en la ciudad.
Por la mañana los toros se llevan con caballos como si fuera ‘Bonanza’, de la pradera donde están sueltos a unos corrales que están unos metros más arriba. De esta tarea se encargan unos señores que para entrar en su grupo tienes que tener unas patillas de las que hasta Curro Jiménez te pide que te afeites. Si no consiguen subirlos, llaman a un camión y el encierro se hace de manera menos artesanal porque, aunque alguno podría llevarlos en brazos, no es cuestión de estar toda la mañana carrera para arriba, carrera para abajo y perder tiempo de estar en los chiringuitos.
A este encierro de la mañana se le llama ‘La Comprilla’, y si en casa dices “me voy a La Compra” no te dejan porque te lías, pero si dices que te vas a ‘La Comprilla’ parece menos y te dejan ir. Cuidado que este truco soriano sólo funciona en este caso. Si dices en casa “me voy de putillas” tendrás un problema igual.
A las seis de la tarde, el toro se suelta para que vuelva al campo y, para igualar las fuerzas, la gente va mamada porque, aunque esto no es como una corrida de toros y aquí nadie lleva espadas, a embestidas el soriano en condiciones normales podría acabar con el toro en un combate cuerpo a cuerpo y a nosotros nos gusta ser justos.
Luego la gente de las cuadrillas se van a merendar todos juntos con platos y cubiertos de plastico pero con la mantelería buena de la abuela. También se combina la tortilla de patata y el embutido con delicatessen de nueva cocina, que creando una experiencia gastronómica que ríete tú del restaurante del novio de la Pedroche.
Consejo: si lo quieres petar ya del todo hazle un tunning rural a tu vehículo poniéndole flores en el parabrisas.

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